Nuestros ingenieros de fluidos comprenden la importancia de mantener la productividad de los motores y de evitar las tareas de mantenimiento no programadas. Hemos diseñado lubricantes para gestionar el elevado estrés de oxidación y nitración del combustible gaseoso y contribuir a ampliar los intervalos de cambio de aceite y la duración del motor.
Los motores de combustión interna que funcionan con gas de carbón, biogás, gas de vertedero o gas natural suelen producir entre 50 y 20.000 kW y cada tipo de gas presenta sus propios retos. Hemos desarrollado productos para contribuir a una mayor duración del motor en aplicaciones de gas natural y gas grisú, donde hay niveles elevados de metano, así como elementos corrosivos como el sulfuro de hidrógeno.
También hemos desarrollado productos específicamente para ayudarle a neutralizar con eficacia los ácidos y los depósitos dañinos que las impurezas del biogás (gas de vertedero y el gas de alcantarillado producidos a partir de los residuos domésticos e industriales) pueden generar durante la combustión.
Para hacer frente a todos los retos de las operaciones relacionadas con motores de gas, nuestros ingenieros en lubricación recomiendan estos productos:
Motores de gas que funcionan con gas natural o gas grisú, de digestor o de vertedero relativamente "limpios" (pocas impurezas).
Motores de gas que consumen gas de digestor y vertedero contaminado, así como gas natural o grisú impuros.
Motores de gas que funcionan con gas de digestor y gas de vertedero muy contaminados.
Motores de gas que funcionan con gas natural o gas grisú, de digestor o de vertedero relativamente limpio con condiciones de funcionamiento severas o cuando se requiere una duración prolongada del aceite.
Motores de gas que emplean gas natural, grisú, de digestor o de vertedero relativamente limpios donde se consigue el mayor desempeño con el uso de lubricantes sintéticos.